ELISABETH ROUDINESCO
A VUELTAS CON LA CUESTIÓN JUDÍA
EDITORIAL ANAGRAMA
Páginas: 320
Formato:
Peso: 0.35 kgs.
ISBN: 978-843396330-7
Tomando como punto de partida la tesis de Hannah Arendt que afirma que todo racismo tiene en su base el antisemitismo, Élisabeth Roudinesco traza una historia general del odio al judío, concebido como chivo expiatorio de los males sociales, primero en las sociedades teocráticas (en forma de antijudaísmo, que no aspira a aniquilar al enemigo, sino a asimilarlo) y luego, en las sociedades civiles surgidas de la Ilustración, cuando los movimientos antirrevolucionarios convierten el racismo en argumento político que legitima la destrucción física del elemento "corruptor". La politización del antisemitismo, unida a la perversión de la ciencia (la filología, que inventa los grupos imaginarios de arios y semitas; la antropología, que inventa las razas y su desigualdad; la biología, que inventa la fantasía eugenésica), permitirá la industrialización de la muerte en los campos de exterminio nazis.
La investigación de Roudinesco tiene dos polos de referencia: el origen francés del antisemitismo moderno y la guerra perpetua que libra Israel desde su fundación y que ha convertido a las antiguas víctimas en verdugos. Entre uno y otro polo se sitúa el retorno a la cuestión judía, tras los pasos de Sartre, que fue el primero en plantearla en Francia, donde sigue pesando el viejo fantasma del colaboracionismo con los nazis. Pero no estamos ante un problema francés ni palestino-israelí. Por estas páginas no solo desfilan franceses e israelíes, culpables o perseguidos, sino también Freud, Hannah Arendt, Jung, Ernest Jones, Heidegger, Chomsky, Paul de Man y Víctor Farías (con su obsesión por Salvador Allende). Desde el momento en que los nazis quisieron destruir un fragmento de humanidad, todos los seres humanos están implicados. ¿Qué país ha estado libre de guerras sanguinarias, de complicidades con el enemigo y de delirios exterminadores? Basta leer este libro para comprobar que el lenguaje sobre el contubernio judeo-masónico-izquierdista es el mismo en todas partes.