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Descripción

AL ALVAREZ
¿COMO FUE QUE TODO SALIO BIEN?
ENTROPIA

Páginas: 416
Formato: 23 x 15 cm
Peso: 0.56 kgs.
ISBN: 9789871768707

Cada vez que se menciona el nombre de Al Alvarez surge de inmediato el mismo diagnóstico: que se trata de un autor "inclasificable". Y es absolutamente cierto. Si bien tuvo en Oxford una formación clásica ligada a la alta literatura y empezó su carrera en el ámbito académico, sus intereses fueron variando con el tiempo de forma drástica, y los libros que más adelante lo harían célebre abordan mundos tan poco ortodoxos como el póquer, el montañismo, el divorcio y el suicidio (y son, además, producto de experiencias personales, directas). Pero no es sólo la materia de sus textos aquello que lo vuelve un escritor único; si despierta la admiración de sus lectores es porque su pericia narrativa, cualquier sea el tema, resulta hipnótica: da lo mismo que hable sobre John Donne y la poesía metafísica o sobre los tahúres de Las Vegas, la obra de Samuel Beckett o una expedición al Everest. ¿Cómo fue que todo salió bien? no es la excepción. Estas minuciosas memorias ratifican esa cadencia irresistible, esa prosa inmisericorde, aguda y calma que deslumbra en El dios salvaje, La noche y En el estanque. Alvarez evoca aquí sus orígenes familiares en el seno de la comunidad judía de Londres y recupera la Inglaterra de su infancia -un mundo que ya no existe, cuando la clase media vivía con una pompa hoy inimaginable, cuando las bombas alemanas llovían cada noche desde los cielos-, repasa los amores literarios de su juventud -en particular Auden y D.H. Lawrence-, analiza el vínculo inestable con algunos contemporáneos -Kingsley Amis, Philip Larkin- y regresa, con una mirada inteligente y reveladora, sobre sus poetas favoritos, aquellos que ayudó a difundir desde su lugar como crítico -Berryman, Lowell, Hughes y sobre todo Sylvia Plath, con quien tuvo un vínculo muy cercano-. Aunque se trata de una autobiografía con una fuerte conexión con las letras, Alvarez logra trascenderlas con creces: establece un modo radical y único de situarse entre la vida y los libros. O, en sus propias palabras, entre la adrenalina de estar vivo y "todo ese desatino" de la literatura.