CAITLIN MORAN, GEMMA ROVIRA ORTEGA
MÁS QUE UNA MUJER
EDITORIAL ANAGRAMA
Páginas: 352
Formato: 22 x 14
Peso: 0.42 kgs.
ISBN: 9788433981141
La continuación del ya clásico Cómo ser mujer: Caitlin Moran nos cuenta qué es ser una cuarentona y no morir en el intento. ¿Quién dijo que convertirse en una mujer de mediana edad iba a ser una tarea fácil? Caitlin Moran, que arrasó con aquel tronchante y lúcido manifiesto de feminismo asilvestrado titulado Cómo ser mujer, regresa con una secuela que desmonta la teoría de que segundas partes nunca fueron buenas, dada la espectacularidad de esta. Si en la anterior entrega hablaba la joven Caitlin, aquí es la cuarentona la que vuelve a la carga. Ahora las experiencias vitales son otras y han cambiado algunas prioridades y puntos de vista, pero la pluma con la que escribe sigue afiladísima. A mitad de camino entre la crónica personal, el manifiesto hilarante y la guía para hacerse mayor sin morir en el intento, este libro, ordenado siguiendo las horas de un día cualquiera, aborda temas como la tiranía de las listas de tareas pendientes; el sexo conyugal en las parejas con hijos y el denominado Polvo de Mantenimiento; las dudas sobre si una feminista puede ponerse bótox; las posturas de yoga para relajarse; la flaccidez del cuerpo cuando nos plantamos ante el espejo; las malditas tareas domésticas; las diferencias entre hombres y mujeres en los procesos y tiempos para excitarse sexualmente; cómo lidiar con las crisis de las hijas adolescentes (incluidos los trastornos alimentarios y las tentativas de suicidio); cómo lidiar con los achaques de unos padres ancianos... El volumen incluye una gloriosa lista de objetos inútiles que una acumula en casa pese a saber que jamás los va a volver a utilizar (desde una máquina para hacer pasta hasta unas medias de rejilla) y culmina con una apoteósica versión en femenino del famoso poema de Kipling «Si». En tiempos propensos a los dogmas de fe, la corrección política y la autocensura, es maravilloso comprobar que la Caitlin Moran de mediana edad sigue tan procaz, ingeniosa, aguda, feroz, inteligente y lúcida como siempre, con su feminismo grouchomarxista funcionando a toda máquina.